La salubridad pública, imperativo legal en el campo… y también en la ciudad

No hay que andarse con tonterías en lo que tiene que ver con el cuidado de nuestros campos. Esta parte de nuestra geografía es fundamental a la hora de garantizar el abastecimiento de productos alimentarios para la población y la verdad es que, legalmente, todas las administraciones públicas obligan a los campesinos a que mantengan sus campos libres de plagas. No cabe la menor duda de que eso es fundamental para garantizar la seguridad y la calidad de los productos que se van a terminar llevando a la boca.

Hay que tener en cuenta que vivimos en un país como España, en el que el clima mediterráneo augura una gran cantidad de días de calor cada año y, por tanto, una enorme cantidad de plagas. Y eso supone muchos peligros para las cosechas de nuestro país. Desde luego, no son pocos los cultivos que se han visto afectados por animales e insectos de todo tipo. Esto supone pérdidas millonarias cuya reparación no es en absoluto sencilla y que terminan generando que muchas personas pierdan sus puestos de trabajo. Y está claro que eso, en un momento como el actual, contribuye a que la situación laboral y económica actual del país no vaya precisamente hacia delante.

Al igual que nuestros campos sufren el peligro de plagas de insectos, también existe un peligro en lo referente a las ciudades. Y es que también en este tipo de espacios se pueden producir plagas de todo tipo. No cabe la menor duda de que el alcantarillado o los parques pueden ser lugares en los que se empiecen a desarrollar cuestiones de este tipo. La verdad es que es imprescindible que no nos olvidemos de este aspecto a la hora de desinfectar. En las grandes ciudades, los daños de este tipo de sucesos también pueden llegar a ser irreparables.

Precisamente por ese motivo, los principales encargados de garantizar la limpieza vial son los Ayuntamientos. Una noticia publicada en el portal web El Confidencial Digital hace mención a las ocho grandes obligaciones que tienen los Ayuntamientos en la actualidad: luz, agua, alcantarillas, cementerios, calles, control de bebidas, control de alimentos y, finalmente y no por ello menos importante, la limpieza vial. Es en ese punto donde las administraciones locales están obligadas a mantener a los vecinos a salvo de cualquier plaga.

Pongamos como ejemplo de competencias lo que ha venido ocurriendo en las últimas semanas en Madrid por culpa de la nieve. Ayuso y Almeida pidieron a los vecinos de la Comunidad que salieran a retirar la nieve de sus calles, pero según una noticia que fue publicada el diario El Plural, el Supremo descartó que este mandato se convirtiera en una obligación para los ciudadanos puesto que esa es una competencia directa del Ayuntamiento al tratarse de un asunto de limpieza vial. No cabe la menor duda de que este asunto corresponde a las instituciones locales y que son ellas las que deben dar el callo en este sentido.

Las instituciones públicas están obligadas, por Ley, a garantizar que se cumplan todos los requisitos necesarios para conseguir una limpieza vial que evite que se produzcan plagas de insectos. Al igual que es necesario evitar que aparezcan estas plagas en nuestros campos, es idóneo tratar de evitar su aparición y expansión por las ciudades para garantizar la salubridad pública. Desde Control Plag nos han indicado que, en lo que respecta a los últimos años, las instituciones públicas se han tomado en serio este imperativo legal.

Una necesidad imprescindible

A nadie le cabe duda alguna de que es necesario que las labores de limpieza de las calles y las plazas se realicen de la manera más rápida posible. Lo cierto es que estamos ante un momento en el que, además, la limpieza y la higiene son elementales en un contexto en el que una pandemia nos asola. Para derrotarla, la higiene individual es clave, pero la colectiva también. Y en ese sentido es necesario que las instituciones pongan de su parte. Son las que deben dar ejemplo. Y eso es lo que deben procurar en estos tiempos que corren y en los que están por venir.

Cuidar de la salud pública es algo que debe servir para evitar cualquier tipo de peligro para la población. Como bien sabéis, no ser capaces de asegurar esto puede derriba a cualquier gobierno. No son pocos los gobiernos municipales que, a lo largo y ancho de todo el mundo, han caído a causa de lo que estamos hablando. Desde luego, lo mejor es que los políticos locales actúen no por miedo a perder su puesto, sino para defender a su población, que debe ser en todo momento el primero y principal de sus objetivos.