Una ciudad puede tener múltiples focos de empleo. Seguro que lo primero en lo que pensáis es en una calle peatonal y comercial en la que se mueve gran cantidad de público en la que hay locales de marcas conocidas internacionalmente. También podemos destacar como un foco de empleo un sector como el de la hostelería, que en España funciona a las mil maravillas. Pero hoy quiero hacer especial hincapié en uno de los focos de trabajo que resultan más importantes dentro de una ciudad y, si me apuráis, dentro de un país: hablo de un aeropuerto.
Para entender la magnitud de lo que estoy comentando, es mejor que le echéis un vistazo a la noticia del diario El País que voy a compartir a continuación y que afirma que el aeropuerto de Barajas genera un total de 305.000 empleos, siendo el 18% en la ciudad de Madrid. Se trata de una cifra realmente espectacular y que pone de manifiesto el valor que adquiere un aeropuerto. También podemos hablar del Valor Añadido Bruto que aporta este aeropuerto a la economía de nuestro país, que es de más de 15.000 millones de euros. Por tanto, no quedará nadie que duda de que Barajas es uno de esos focos de los que hablaba más arriba. Y ojo: son datos del año 2013, en el que todavía estábamos sumidos en la crisis económica que había comenzado 6 años antes. Ahora los datos son incluso mejores.
Animado por todo esto, y encontrándome en una situación de desempleo, empecé a valorar la posibilidad de trabajar en el aeropuerto de Barajas o en cualquier otro. Había sido transportista durante varios años, pero mi empresa quebró y me quedé en paro. Por suerte, disponía de algunos ahorros con los que había podido mantenerme durante aquella oscura época, pero sabía que necesitaba encontrar lo más rápido posible un empleo para no empezar a tener verdaderos problemas económicos más pronto que tarde. Siempre he sido una persona muy trabajadora y con ganas de aprender, pero ya sabéis que hay veces en las que eso no vale. Sentía que trabajar en un aeropuerto podía ser una gran oportunidad.
Y es que un aeropuerto es uno de los espacios en los que hace falta gente con experiencia en transporte que vehículos profesionales. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un espacio en el que se mueven mercancías, no solo viajeros. Y también hace falta que haya profesionales que maneje en vehículos destinados a labores de mantenimiento de todas las pistas de despegue y aterrizaje para que se encuentren en las mejores condiciones puesto que eso va a ser elemental para garantizar la seguridad de todos los vuelos. Teniendo en cuenta todo esto, y me puse manos a la obra para encontrar un puesto de trabajo en un aeropuerto.
Como suponía de antemano, fueron muchas las opciones que se fueron dibujando a raíz de las necesidades que iba viendo. Comprobé que había algunas ofertas de empleo como conductor de vehículos profesionales en varios aeropuertos españoles, pero pude comprobar también que la Ley obliga a que esas personas tengamos una especie de curso para poder operar en un espacio que es tan especial como el del autobús. Por tanto, busqué opciones para obtener el curso y a través de eso conocí Facilities Airport, donde pude cursar aspectos básicos como la conducción en área de maniobras y la conducción en área de movimiento.
La verdad es que, a pesar de que una labor como esa era diferente a la del transporte de mercancías, que era la que yo tenía experiencia, me resultó una actividad y una formación sumamente interesante. Y gracias a ella vi que crecía de manera exponencial la posibilidad de que pudiera trabajar en un aeropuerto. Cuando terminé los cursos, me puse a buscar trabajo y la verdad es que tardé muy poco en encontrar algunos disponibles en el aeropuerto del que os hablaba más arriba, el de Barajas. Apliqué a esas opciones y tardaron muy poco en contactarme para acudir a una entrevista.
Es verdad que solemos ponernos nerviosos cuando sabemos que tenemos una entrevista de trabajo. A mí me había pasado en alguna ocasión con anterioridad. Sin embargo, en aquel momento no fue así porque era consciente de que estaba sobradamente preparado gracias a los cursos que había hecho y que todavía tenía bastante frescos en la memoria. Por tanto, me enfrenté a esa entrevista con bastante soltura y, cuando salí de ella, tenía la sensación de haber causado una enorme impresión entre las personas que habían dirigido la misma. Solo faltaba que les hubiera convencido lo suficiente como para que me dieran la oportunidad profesional que tanto estaba buscando.
Pasaron unos días y, finalmente, el teléfono sonó. Y lo hizo por una buena causa: me habían contratado. Lo había conseguido. La verdad es que, a pesar de haber salido contento de la entrevista, de haber estado seguro de las posibilidades que tenía de cumplir el objetivo y de mostrarme satisfecho por haber hecho bien la entrevista, tuve que frotarme los ojos. Lo tenía en mi mano, al fin. Todos los pasos que había ido dando hasta llegar allí no habían sido en vano. El orgullo y la satisfacción de ver cumplido un propósito de estas características me hincharon el pecho como nunca antes me había pasado.
Pocos días más tarde de aquella llamada, empecé a trabajar. Y la verdad es que empecé siendo productivo desde el primer día porque los cursos me habían servido para hacerme una buena idea de cómo era aquel tipo de trabajo en el día a día. Sí que comprendí mucho más por qué la realización de cursos para manejar vehículos profesionales en un entorno como ese es obligatoria por ley. Es algo lógico porque se trabaja en un entorno que no es precisamente una oficina, sino que conlleva sus riesgos y que es fundamental para la seguridad de las personas que van a despegar o aterrizar en un avión.
Ya llevo algunos años trabajando en el aeropuerto y la verdad es que puedo decir que es el trabajo en el que más cómodo me he sentido a lo largo de mi vida. Yo soy una persona trabajadora, lo que más me interesa de mi puesto de trabajo es saber desempeñar todas las funciones inherentes a él con eficiencia. Y esa es la sensación que tengo en este puesto. Por tanto, espero poder jubilarme aquí puesto que, además, creo que tengo muchas cosas que aportar todavía y que puedo crecer tanto desde el punto de vista profesional como desde el personal. Eso, a día de hoy y viendo cómo está la calidad de según qué puestos de trabajo, es una verdadera suerte.
Una opción que tiene muchas salidas en España
La profesión que tengo me hace sentir sumamente tranquilo porque sé de sobra que tiene un montón de salidas en el interior de este país. No en vano, España dispone de muchos aeropuertos, algunos de ellos internacionales. Los que tienen precisamente ese corte, que son los que más empleos generan en este país, son los que recoge la noticia que os voy a enlazar a continuación y que procede del periódico La Razón. Son los aeropuertos de Barajas, El Prat, Santiago, Vitoria, Alicante, Ciudad Real, Girona-Costa Brava, Málaga, Gran Canaria, Santander, Valencia, Bilbao y Zaragoza. Un total de 14. No está nada mal para un país como el nuestro.
La verdad es que da gusto saber que me encuentro en una zona del mundo en la que no me va a faltar el trabajo. Ojalá todas las personas pudieran tener la misma sensación con respecto al sector en el que trabajan, aunque sé de sobra que la realidad dista mucho de ser así. Me tengo que sentir afortunado por dedicarme a lo que me dedico, pero también os diré que nada es gratis y que me he tenido que currar mucho el poder tener un trabajo como el que tengo. No me arrepiento en absoluto de las decisiones que he tenido que tomar ni de los sacrificios que he tenido que hacer para llegar hasta aquí. Además, estoy seguro de que nunca me arrepentiré de esto.
Trabajar en algo que te entretiene y que te gusta es algo que supone una gran ventaja porque no se afronta de la misma manera que si el puesto de trabajo que tuvieras estuviera relacionado con una actividad que detestas. Cuando te gusta lo que haces, la rutina se convierte en algo más soportable, en algo más llevadero y mejor a fin de cuentas. Por tanto, siempre que se tenga la oportunidad de conseguir un trabajo así, hay que aferrarse a ella y no soltarse. Es así como podemos conquistar la felicidad de una manera mucho más rápida y más plena. Será una felicidad que perdurará en el tiempo y que, a buen seguro, va a hacer de nuestra vida algo que merezca la pena vivir.